Investigador:
La accesibilidad a los sistemas agroalimentarios se ha transformado en una necesidad mundial debido a la pandemia Covid-19, la inseguridad alimentaria, la desnutrición, y el hambre. Según los datos del último informe del progreso en los indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con la alimentación y la agricultura “revela que un 17,2% de la población mundial, ha experimentado inseguridad alimentaria en niveles
moderados” (FAO, s. f.)
El mercado de la nuez y frutos secos a nivel mundial se ha visto afectada durante la emergencia sanitaria Covid-19. Sin embargo, al menos en China el consumo de nuez y frutos secos ha ido creciendo por la conciencia alimentaria de los consumidores frente al virus; dado que, si bien no existe un tratamiento nutricional “milagroso”, muchas ONG’s, nutricionistas y especialistas sugieren la ingesta de nuez por su alto valor nutritivo entre ellos: omega 3, selenio, vitamina E, etc.
El país que lidera el 50% de la producción y consumo es China que produce 1.700.000 toneladas métricas de nuez; su estrategia de inserción en el mercado fue la venta de nuez pelada a precios bajos, además incorporó en sus procesos productivos tecnología de cultivo, cosecha y acondicionado, elevando el nivel de competitividad con nueces de mejor calidad, tamaño y color.
Según el Mapa del Hambre de los 11.633.400 bolivianos, el 20% (2.326.680 hab.) no llegan a satisfacer las necesidades alimentarias por falta de acceso a los alimentos, Bolivia y el departamento de Tarija presentan un riesgo moderadamente alto de inseguridad alimentaria.
En este sentido, según la FAO para revertir la tendencia del aumento del hambre y reducir la proporción de personas que viven en extrema pobreza se debe fortalecer la resiliencia y la capacidad de los pequeños productores de alimentos (s. f.). Además, una fuente importante en el desarrollo económico, social y cultural de muchas localidades rurales son el aprovechamiento de las actividades agrícolas y forestales para la generación de ingresos y empleos.
Las principales actividades de sustento económico de la Subcentral de Cirminuelas son la agricultura, silvicultura, ganadería y caza, sin embargo, estas comunidades presentan un escenario de necesidades básicas insatisfechas y de vulnerabilidad social debido a la “ausencia de políticas públicas ejecutadas a partir de la iniciativa del Estado en todos los niveles de Gobierno, lo que ha puesto en abandono el campo y sus moradores” (López Zavala & Zeballos Claure, 2019).
La competitividad de la producción de la nuez en la Subcentral de Cirminuelas atraviesa una etapa de deterioro de las plantas de nogal, factor que reduce la calidad del producto y corre el riesgo de dejar a las familias productoras sin actividad económica, consecuencias que conllevan a empeorar su situación de vulnerabilidad social y económica.